Cuanto menos miedo sientas, mejor preparado estará tu cuerpo para el parto.
El temor al dolor hace que los músculos estén más tensos y produce respuestas
fisiológicas como más sudor y palpitaciones. En cambio, aliviando el temor,
evitas todo esto y el útero vuelve a funcionar normalmente.
Aquí tienes algunas claves que podrán ayudarte:
1.
Infórmate. Debes conocer cada fase del parto,
aprender a distinguir las contracciones verdaderas de las que no lo son y saber
cómo se practica una cesárea porque nunca se sabe si la necesitarás. Pide
información sobre las complicaciones más frecuentes en los partos y cuáles son
las posibles soluciones a aplicar. De esta manera, adquieres una mayor
conciencia de tu cuerpo y no tendrás ninguna duda de que estás preparada para
dar a luz a tu hijo.
2.
Comunicación. Puedes preguntar tus
dudas a los médicos e intercambiar consejitos con otras embarazadas. Comparte
tus miedos con tu pareja,familiares y amigos.
3.
No seas pesimista cuando sabes que todo
va bien. Fuera paranoias. Las pruebas
de diagnóstico prenatal, los análisis y las ecografías que te han hecho durante el embarazo deberían tranquilizarte. Apenas el 3%
de los recién nacidos presentan algún problema.
4.
Prepárate físicamente. Debes ejercitar,
sobretodo, los músculos de las piernas y los glúteos. Esto te ayudará a estar
en la mejor forma para el parto.
5.
Resuelve tus dudas sobre la epidural. Es importante recabar
información sobre la anestesia epidural, una opción si quieres aliviar el dolor del
parto.
6.
Sé optimista. Está comprobado que
las mujeres pesimistas tienen partos más dolorosos. En cambio, si piensas en
positivo, la experiencia de dar a luz se hace mucho más llevadera. Si tienes
esta actitud, liberas más oxitocina, una hormona que te auda a olvidar el dolor
y conectar con tu pequeño.
7.
Se realista y fuerte si la situación se
tuerce. Si algo va mal, debes hacerte a la idea y poner todo de tu parte para que
el parto siga adelante.
8.
Pierde el miedo al parto prematuro. Si tu parto se
adelanta, mantén la calma y confía totalmente en tu médico: hará lo que sea
mejor para ti y para el bebé, ya sea ponerte oxitocina para favorecer las contracciones,
practicar una cesárea o utilizar instrumental para extraer al niño. Sólo un 10% de los
partos se adelantan a la fecha prevista. El parto prematuro es aquel que ocurre antes de la semana 37 del embarazo. Pero aquellos bebés
que nacen a partir de la semana 30 hoy en día tienen muchas posibilidades de
salir adelante. Sólo tiene que llevar un control riguroso en la incubadora para
evitar algunos riesgos de salud. Será duro dejar al bebé en el hospital, pero
debes pensar que estará en las mejores manos.
9.
Tranquila, no olvidarás tus clases
preparto. Es difícil quedarse en blanco. Lo que has aprendido en las clases saldrá de manera natural. Si de verdad u mente se queda en blanco, sigue
las indicaciones del ginecólogo y de la matrona.
10. El secreto está en la relajación. Debes aprender a
relajarte para pasar todo tu embarazo y, especialmente para el parto. Si no
tienes suficiente con las clases preparto, puedes apuntarte a clases, de yoga, de natación… Controlar los nervios y
perder el miedo hará que tu parto sea mucho mejor.
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