viernes, 11 de enero de 2013

Ping Pon al verano…Mamá Divina te ayuda a cuidarte



¿Puede ir un bebé a la playa?
No es aconsejable que le llevemos hasta que no cumpla los seis meses. Después puede ir (mejor en las horas de menos sol), pero mantengámosle bajo la sombrilla.
¿Le perjudica bañarse desnudo?
No, si después lo secamos bien, sin descuidar los pliegues. Antes, por supuesto, lo habremos aclarado. El cloro de las piscinas y la sal del mar pueden irritar su fina piel.
¿Correrán peligro sus oídos?
Es preferible no mojar sus oídos, especialmente si hay antecedentes de otitis. Si vamos a hacerlo, no introduzcamos jamás su cabecita bruscamente en el agua y sequemos cuidadosamente sus orejas tras cada baño.
¿Cómo sabremos si tiene calor o frío?
Salvo los bebés de pocas semanas, que aún no regulan bien la temperatura corporal, los niños sienten más o menos el mismo calor que los adultos. Así que no le cubramos con capas y capas de ropa «por si acaso enfría»: solo conseguiremos que se agobie, sude y su piel sufra irritaciones.
Si hace demasiado calor, refresquémosle con una esponjita húmeda y, una vez seco, dejémosle un rato con el potito al aire. Eso sí, hagamos esto dentro de casa, en un lugar donde no haya corriente.
¿Le aplicamos leche hidratante?
Sí, le vendrá muy bien. En verano la piel de un bebé necesita hidratación extra. Después del paseo o de haber estado un ratito en la piscina o en la playa (el agua reseca la piel) es muy recomendable aplicarle crema hidratante por todo el cuerpo. Si es fluida, mejor, pues se absorberá antes y dejará a nuestro pequeño con sensación de fresquito.
¿Hay que protegerle de los mosquitos?
En algunas zonas proliferan los mosquitos, hormigas, abejas... Los niños están más expuestos a ser atacados por estos insectos, pues se sienten atraídos por ellos. Pueden incluso cogerlos (y hasta comerlos). Las picaduras, salvo que el niño sea alérgico, no suelen ser peligrosas, pero sí molestas. Así que conviene tomar medidas si estamos en una región de clima húmedo y cálido, cerca de un río o lago... Una de las mejores opciones para protegerle de las picaduras es colocar una malla que no deje pasar los insectos. En las tiendas de puericultura se pueden adquirir mosquiteras adaptables a la cuna.
En las excursiones, conviene vestirle con manga larga y pantalón hasta los tobillos. Para que no pase calor, elijamos tejidos ligeros y colores claros. Las lociones y los aerosoles
pueden servir para ahuyentar a los insectos, pero tenemos que asegurarnos de que son aptos para la edad del niño (preguntemos al pediatra) y no aplicarlos en las manos o los pies porque el bebé podría chuparlos. Los insecticidas eléctricos en principio son inocuos, no dejan olor y protegen eficazmente contra los mosquitos.
¿Puede bañarse en el mar o en la piscina?
Sí, si la temperatura es la adecuada. El agua debe estar templada y hemos de introducirle lentamente, mojando primero las manitas, los pies y la nuca. Podemos crear una especie de juego con este ritual. Una vez perdido el miedo inicial, le encantará. Después del baño es muy importante que lo aclaremos, lo sequemos a conciencia y le cambiemos rápidamente de bañador.
¿Seguimos usando su mochilita de paseo?
Si el día es muy caluroso es preferible llevarle en su cochecito o sentado en la sillita con una sombrilla que le proteja del sol. Se encontrará más libre y fresco. La tela de estas mochilas envuelve casi por completo al niño, que además viaja pegado a nuestro cuerpo, y este también desprende un calor demasiado agobiante para cualquiera, y mucho más para un niño tan pequeño.


¿Podemos enseñarle a nadar tan pronto?
No, pero podemos enseñarle a familiarizarse con el agua. Es algo muy positivo porque le ayuda a desarrollar su psicomotricidad mientras juega. Nadar implica, como andar, un proceso de aprendizaje que requiere una maduración neurológica que aún no tiene.
¿Es normal que tenga menos apetito?
Como a nosotros, a veces el calor le reduce un poco el apetito. Intentemos, no obstante, que haga su toma en un lugar más o menos fresco y siempre hacia la misma hora. A menudo son los cambios los que le inquietan y le impiden alimentarse con tranquilidad. En cualquier caso, si lleva un tiempo sin apetito, lo prudente es consultar al pediatra.
¿La leche materna cambia con el calor? ¿Lo nota?
Si hace muchísimo calor, la falta de hidratación puede hacer que la leche materna se concentre ligeramente y salga menos líquida. Pero el bebé no lo notará si mamá se preocupa de beber lo suficiente y se mantiene hidratada. Su leche recuperará enseguida la consistencia habitual.

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