sábado, 6 de octubre de 2012

LA VIDA INTRAUTERINA para Françoise Dolto (Psiquiatra):




En el estado fragmentario de nuestros conocimientos, todo hace pensar que el gusto existe ya, al parecer algunos sabores de los alimentos ingeridos por la madre y transportados por su sangre, atraviesan la barrera placentaria y conforman precozmente el sentido del gusto en el niño. 

El oído es el sentido que predomina. En las reconstrucciones que se han intentado en la actualidad podemos plantear que el niño siente tanto los sonidos exteriores con los internos del cuerpo de la madre, filtrados y distorsionados redefinidos por el medio acuático en el cual se baña.

 Si escucha música una vez nacido sabrá reconocer algunos fragmentos. Siente las voces de su entorno e identifica sin duda las más habituales. Entre todas ellas distingue a la de su padre o el compañero de su madre, que asocia a las manifestaciones físicas de felicidad que provoca en su madre.Nada impide pensar que percibe en parte los retozos amorosos de ambos. 

Del cuerpo de su madre, el bebé percibe los ruidos digestivos y respiratorios muy similares al sonido de las olas.
Siente y escucha asimismo el corazón de su madre, sus aceleraciones y desaceleraciones, igual que siente su propio corazón. Es sin duda muy sensible a los estados emocionales de su madre, permanentes o repetitivos: sus alegrías, sus angustias y su fatiga marcan sin duda el niño desde el periodo prenatal.

Este mundo de sonidos y latidos simboliza siempre un mundo de seguridad y vitalidad, que la música y sus ritmos sabrán recrear. Un niño pequeño que se balancea siguiendo un ritmo busca recuperar este ámbito de seguridad y vitalidad, que la música y sus ritmos sabrán recrear. Los padres de todas las latitudes lo saben bien, y por eso todos mecen a su bebé para aportarle bienestar.

Para que el desarrollo del bebé sea satisfactorio, es necesario que exista un deseo inconsciente de la madre. Que se quiere decir con esto? No necesariamente o al menos no solamente, que la madre viva de manera feliz su embarazo. 

Al fin y al cabo, existen manifestaciones desafortunadas o desagradables que son indicativas de un vínculo muy fuerte. Los vómitos durante la gestación ponen de manifiesto que el bebé esta presente para la madre, aunque despierte en ella conflictos y angustias que se remontan a su propia primera existencia. 

Dolto llega a afirmar que un bebé gestado y nacido tras una violación, ha sido deseado inconscientemente sino no llegaría a nacer, el bebé hubiera muerto y o/habría tenido lugar un aborto. La ausencia del vínculo, puede ser fuente de desequilibrio, de resultas de algún trauma, con frecuencia una muerte, la madre puede comportarse como si no estuviera embarazada. Suele ser suficiente con unas semanas durante las cuales la madre olvida su embarazo para que el niño corra riesgos psicosomáticos. 



DOS CASOS CLÍNICOS DE DOLTO:

  1.    UN NIÑO SIN CORAZÓN: (caso analizado por Dolto); Entre los casos descritos por Dolto, figura el de Pierre, el padre de Pierre dejó embarazada a su novia con objeto de casarse con ella. La mujer lo tomó muy mal y rechazó con violencia al niño durante el embarazo. Tras el nacimiento, olvidó tales sentimientos negativos y sintió amor hacia su hijo y su marido, tal y como este había esperado e incluso planeado. Seis años después, Dolto, conoció al niño. A su madre le preocupaba su "falta de corazón". Pierre no sentía afecto por ella. Cuando quería abrazarlo, la rechazaba diciéndole que lo ahogaba. En contrapartida, era inteligente, muy bien adaptado a la escuela, y se había erigido en el líder aceptado por sus compañeros. Como fue rechazado durante el embarazo (y únicamente durante este tiempo) dice Dolto, este niño hizo muy pronto el duelo de su madre y de la afectividad inherente a esta relación. En cambio se identificó muy rápidamente con su padre y se implicó precozmente en la vida social.


  1.  UN CORAZÓN TECHNO (descripción de Dolto en “Semiraires de psychanalyse d´enfants” tomo 1); En una sala de incubadora se difundió el ruido de un corazón materno latiendo a un ritmo imperturbable, que no dejaba de recordar el martilleo de la música disco o techno. Los bebés se encontraban a gusto, y no tardaron a recuperar el peso y la talla que les correspondía.






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